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El determinismo es uno de mis temas preferidos. Es algo sobre lo que he pensado mucho, he leído bastante y he discutido un poco.
El determinismo absoluto del que estoy convencido y sin el que no le encuentro sentido al mundo, ni valor a la ciencia, me ha llevado más de una época de frustración por mis propias conclusiones. Aunque hoy día ya lo llevo la mar de bien y quizá en breve explique porqué en este espacio.
Sin embargo, hoy sólo me centraré en la cuestión que plantea este artículo que me envía mi padre sabiendo que me interesa el tema:
http://www.tendencias21.net/index.php?action=article&id_article=1025045
(Debería leerse el artículo anterior para poder entender bien la reflexión siguiente.)
La cuestión clave del artículo es ¿qué pasa moralmente con nuestros actos si todo está determinado, incluyendo nuestros actos?.
Yo, después de haber superado sin problemas la desagradable realidad de que todo está determinado, lo tengo muy claro: el determinismo no influye en la responsabilidad ética.
Y para ello no hay nada mejor que aclarar que es la responsabilidad. La responsabilidad, para mi, no es la cualidad de que nuestra conciencia sea responsable de nuestros actos, sino la cualidad de que nosotros, todo nuestro ser, sea responsable de sus actos.
Y es evidente que, exista o no libre albedrío, uno es entonces responsable de sus actos (ya sea solo por causa de su conciencia o por causa de sus reacciones neuronas-cuerpo-entorno). Y de este modo es como somos responsables, no se juzgan nuestros actos conscientes, se juzgan nuestros actos.
Un ejemplo:
(En mi opinión)
– Si yo miento y soy consciente y no lo evito: eso merece un juicio (digamos X).
– Si yo miento y soy consciente y no lo evito por, supongamos, una enfermedad que me lo impide: también estoy mintiendo y el juicio que se merece es muy similar al anterior pero debería tener alguna diferencia, llamémosle atenuante, por la enfermedad. (Digamos X-n).
Es decir que, el hecho de no poder evitarlo, sólo influye si se compara con el mismo hecho siendo evitable.
En el caso del determinismo, todos tenemos la “enfermedad” que nos impide evitar hacer las cosas libremente, luego no se puede comparar el juicio (X-n) con el de alguien libre (X). Así que da igual cual sea la diferencia, lo importante es la base (X). Si no hay forma de comparar, no hay diferencia práctica (n) y sólo debemos fijarnos en la X.
La ética está a salvo.
¿No estamos de acuerdo? seguro que sí.
PD: llamo al juicio “X” y a la diferencia “n” para no entrar en discusiones de si “X” es positivo, si “n” es negativo, etc. No es una cuestión de valorar positiva o negativamente. Hablamos de juicios neutros, ya que del mismo modo que con el determinismo algunos querrían quitar responsabilidades sobre las malas acciones, también habría que quitar mérito sobre las buenas.
PD: añado el artículo externo en pdf: La_duda_sobre_el_libre_albedrio_quiebra_la_etica.pdf
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