Lluvia.

Hace ya muchos años, en una visita a Bilbao con mi familia, recuerdo como desde una Wolsvagen Caravelle, parados en un semáforo, dijimos todos “¡Ahí alante está lloviendo!”. Y, efectivamente, se veía en la calle llover frente a nosotros, cincuenta metros más adelante.

Hoy me ha sucedido algo similar pero más impactante.

He salido del trabajo a las dos y cuarto. Tras varios días de lluvia continua como si esto fuera Galicia, se veían claros y sol, aunque predominando las nubes. Me he montado en el coche, no llovía nada y se podía predecir una buena tarde.

Un minuto después, al momento de empezar a andar en el coche, al girar todavía despacio en una calle estrecha y corta, sólo he tenido un segundo para preguntarme ¿qué está pasando ahí alante? No me ha dado tiempo a más. Una masa de agua que estaba avanzando hacia mí, ha llegado y me ha hecho tener que poner el parabrisas a máxima velocidad.

Todo ha sido muy rápido, pero he tenido tiempo de ver como el suelo a diez metros mía se iba mojando con los enormes goterones hasta caer de golpe sobre el capó, el techo del coche y el resto de la calle detrás mía.

En la visita a Bilbao, la lluvia se veía, pero estaba allí quieta, bajo la nube, parada. Hoy, por un momento, la he visto avanzar hacia mí, sin remedio, y eso ha hecho más presente su magnitud.

Uno podía mirar atrás y ver como la gente que iba andando no iba a tener tiempo de abrir sus paraguas, se iban a mojar. Delante mía llovía y en el retrovisor todo estaba seco.

Cualquiera diría que se estaba haciendo la limpieza para el año nuevo.

Saludos a todos y mis mejores deseos para el año 2010.

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Finales de series.

Imagen de la calle Florida de Buenos Aires. Ese cartel en realidad no tiene nada que ver con la serie.
(Imagen de la calle Florida de Buenos Aires.
Ese cartel en realidad no tiene nada que ver con la serie.)

Ayer vimos el capítulo final de la cuarta temporada de la serie Dexter.

Un final duro, sin posibilidad de ilusiones. Un final que te hace irte a la cama con mal sabor de boca.

Cuando el capítulo ya te lo ha mostrado todo, cuando ya no quedan dudas, cuando todo es… perfecto, la serie vuelve a darte un mazazo psicológico y no sabes que pensar.

Hacía tiempo que no veía un final tan desesperanzador e incómodo. Pero, cuando pasan los minutos, y las horas, y uno lo asume, no queda más remedio que reconocer que la serie es fiel a si misma. Esta no es una serie infantil, no es un cuento de hadas, es una buena historia basada en la maldad de los humanos.

Baste decir que su protagonista es un asesino en serie y que es una de las mejores personas que aparecen en la serie, en comparación con el resto de los personajes (personajes que son bastante normales y realistas).

Por otro lado, hace unas semanas vimos el capítulo final de Los Soprano.

El capítulo final de los soprano es odiado o aclamado por todos los que los han visto. También es un final impactante e incómodo, pero no es duro. Es todo lo contrario. Es un final abierto a la esperanza, abierto a la imaginación. Uno puede tenerlo claro y asumir la tragedia, pero es voluntario, que no es poco.

A mi personalmente, el final de Los Soprano, no me gustaba al principio pero, cuantas más veces lo vi (son 2-3 minutos) y cuantas más explicaciones (subjetivas) de la gente fui leyendo, más me ha ido gustando. Hasta encantarme.

Son dos finales similares, pero completamente diferentes. Dexter no te deja opciones, y la que hay es molesta; Los Soprano te deja muchas, y eso te obliga a pensar y te incomoda.

Estoy convencido de que será poca la gente que haya visto las dos series y menos aún las que hayan visto en poco tiempo los dos finales pero, no me cabe duda, de que cada uno de ellos ayuda a valorar el otro.

PD: os dejo un final de Los Soprano explicado en youtube.
(No pulses si no quieres ver el final) http://www.youtube.com/watch?v=PRv2bO0fces

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