Arrancando carteles

Ayer no pude resistirme y arranqué este cartel a la salida de cine.

Un cartel digno de publicarse en la antigua bitácora “Así lo veo yo” de mi amigo Jose.

¿Será esta la carrera del futuro? ¿será que los chamanes, brujos, hechiceros, adivinos, curas y demás jefes espirituales de la tribu son inherentes a la sociedad humana?…

Y bueno, aquí tienen al susodicho, estaba en A4 en una vaya bien visible a la altura de los débiles montones de adolescentes que cruzan ese semáforo cada día.

Saludos a todos

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Vacaciones en Sagres

Hace ya un mes que volví de un pequeño periodo de descanso en Portugal, en la todavía poco turística zona de Sagres.

No hay mucho que contar: no hay masificación, hay playa, hay costa, hay montaña, hay tranquilidad, sol un día, viento otros y se está bastante a gusto.

Cuelgo un par de fotos que dan fe de que allí no se está mal y de que allí todavía no lo hemos destrozado todo.

Saludos,

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Sueño de profundidades…

Hoy he soñado que estaba sentado en el borde de un puerto, con los pies colgando en el espigón, viendo una competición de escalada de mástiles de veleros o algo así. (Los mástiles estaban inclinados, más parecidos al espigón de proa que a un mástil).

Yo estoy sentado en el borde del muelle y le toca participar a mi amiga.

Ella va subiendo por el mástil inclinado del velero como a saltitos, mientra se agarra con las manos un cabo suelto que tiene el velero en la punta del mástil. Parece complicado pero en el sueño la gente sube rapidísimo.

El barco está al lado mía, a escasos metros del muro.

Al terminar de subir mi amiga cae al agua y yo me tiro, no para salvarla si no para nadar con ella.

No sé como, ella se empieza a hundir y entonces a mi se me ocurre explicarle que no pasa nada, que me siga y los dos comenzamos a bajar y a hundirnos. (Lo digo yo a pesar de que la tiene pinta de saber más de agua es ella).

Le explico que según bajemos aguantaremos más sin oxígeno y podremos estar más tiempo abajo y, inexplicablemente, llegamos al fondo del puerto. No es como una fosa abisal pero debe estar a varios cientos de metros de profundidad.

Nosotros estamos los dos allí abajo, aguantando la respiración, tan normales, recreándonos en el fondo.
Inexplicablemente, también hay una especie de luz amarillenta que nos permite ver todo.
La única diferencia con el mundo real es que todo es más lento y que no se oye nada.
Lo de no respirar parece de lo más normal. Curiosamente no podemos flotar, nos sentimos más ligeros pero caminamos por el fondo
sin flotar.

El fondo está lleno de cosas que se han ido cayendo del puerto, camiones, chatarra y, no sé como, una especie de casa
o granero.

Al cabo del rato llega el momento de subir. Como mi amiga parece que es nadadora o algo así y que está más acostumbrada que yo a estar en el agua, le explico que cuando empecemos a subir nos entrarán más ganas de respirar y que es probable que llegue un momento en que yo no aguante más y tenga que empezar a subir más rápido que ella.

Para subir nos vamos a uno de los bordes del fondo y empezamos a escalar por la pared, luego nos cambiamos a la pared de la especie de granero que había hundido y por una de las ventanas salimos para seguir subiendo por el exterior.

Cuando estamos subiendo vemos más gente abajo, pero ante la duda no nos paramos.

Aquí me despierto así que no sé realmente como acaba el ascenso.

Me imagino que todo sin problemas ya que el sueño ha sido de lo más relajante. Esa sensación de poder andar por el fondo con total tranquilidad, viendo todo lo que se había caído, es de los más agradable. Y esa luz amarilla clara que llegaba hasta abajo y el silencio también ayudaban.

Eso es todo, saludos a todos.

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Hoy he comido en Buenos Aires o Ushuaia.

Martes 14 de agosto de 2007.

No se porqué hoy parece que estoy en Argentina.
Hoy he comido en Buenos Aires o en Ushuaia.
Hoy hace un día luminoso de cielo limpio,
Con una temperatura cálida pero seca y, a ratos, casi frío.

Como solo en un sitio de comida rápida que bien podría ser un local de empanadas de allí de Buenos Aires.
Nadie por la calle, es domingo a inicios de primavera y la gente no está en la calle después de comer.
Mires donde mires se ve tranquilidad.
Mientras como, suena música latina de fondo y tres sudamericanas atienden el local.

El barrio de Palermo, el parque de Lezama, las afueras de Ushuaia… En todos ellos podría haber estado hoy y no lo hubiera notado.

Me pregunto si cuando salga a la calle empezaré a ver gente caminando hacia el parque de la reserva, todos en la misma dirección, gente sin cesar, como me pasó el día que yo estuve por allí, en Buenos Aires. Pero me temo que no será así.

Una luz amarilla y una brisa cálida me acompañan de vuelta a la oficina. No se puede pedir más, para ser agosto en Sevilla y no Octubre en Argentina.

No se puede pedir más.

Y por supuesto nada de esto tiene nada que enviar a pasear por Pittsburgh en las mismas fechas: ese Market Square, the three point park, the University or the nice Station Center.

Nada que envidiar.

Saludos a todos,

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