(Parte 1.) Historias que no son lo que parecen y por qué España se radicaliza a la derecha…

La Montaña Rusa

Una chica está de visita por un parque de atracciones famoso. Uno de los mejores del mundo.

Durante su visita, la chica conoce a un grupo de chicos que también están de paso disfrutando del parque. Hablan un poco y deciden compartir juntos parte del día.

Mientras están por el parque, los chicos comentan que ellos quieren montarse en la Montaña Rusa Gigante. Le explican a la chica que esta es una de las Montañas Rusas donde “peor” lo pasa la gente. Al principio, la chica, lejos de intimidarse se envalentona y comenta que a ella esa Montaña Rusa no le da ningún miedo. Que puede montarse en esa y en otras cuatro más altas si hace falta.

Los chicos, muy contentos de que su nueva amiga también quiera compartir la experiencia con ellos, ponen rumbo a la atracción.

Pero, según se van acercando todos a la Montaña Rusa y se va viendo en el horizonte la altura y el tamaño de la atracción, la chica comienza a tener dudas en su interior. Sin embargo, la chica, ahora sí intimidada, pero sin querer parecer miedosa, no dice nada y sigue avanzando, acercándose cada vez más a la cola de montarse en la atracción.

Uno de los chicos la lleva agarrada de la mano. No parece que sea malo. Se podría incluso pensar que eso la tranquiliza, pero en el fondo eso a ella la pone más nerviosa porque no está segura de cómo reaccionarán sus “amigos” si comenta ahora que finalmente ha decidido no montase en la Montaña Rusa.

Parece claro que nadie puede saber lo que realmente siente la chica en ese momento. Debe ser una mezcla de miedo a la Montaña Rusa, junto con un poco de vergüenza (por el miedo a quedar como una miedosa o una niña chica), aderezado también con un miedo real a que los chicos la obliguen a su subirse a la fuerza si ella se niega ahora y ¿por qué no? seguro que también con mucha emoción y adrenalina por superar todo eso.

Pero una cosa es clara, la chica en ningún momento se negó a subirse a la Montaña Rusa y en ningún momento opuso resistencia. Así que, finalmente, la chica se sube en la vagón de la Montaña Rusa junto con sus “amigos”. El vagón comienza a ascender la rampa de inicio y en ese momento ya no hay vuelta atrás. Para los que tengan miedo (nuestra protagonista incluida) ya solo queda cerrar los ojos y chillar hasta que termine el viaje.

Desgraciadamente, lejos de ser un viaje normal de la atracción, los chicos, fieles a su palabra, se van a encargar de que el viaje sea lo peor posible y de que dé mucho miedo.

Los “amables” chicos ya se han dado cuenta de que la chica lo está pasando realmente mal y de que toda la valentía que mostraba al principio era de boquilla. Pero, lejos de abrazar o intentar calmar a su “amiga” de algún modo, continúan todo lo que queda del viaje asustándola todavía más con comentarios y gritos como “ahh, nos vamos a estrellar”, “cuidado que esto se cae”, “ooooh, el cinturón está roto” y todo lo que se les ocurre.

Es más, se podría pensar que los “amables” amigos ya han hecho esto antes y que parece que en estos casos ellos disfrutan más asustando a la joven incauta que con el viaje de la Montaña Rusa en sí.

Para rematar, cuando termina el viaje y se bajan de la Montaña Rusa, uno de los chicos le quita el móvil a la chica para que no pueda demostrar cuanto la asustaron arriba.

Obviamente, a partir de ese momento todos se separan. Los chicos continúan por su lado y la chica, un poco confusa, deambula por el parque.

Al final, una pareja de policías ve la chica en un estado raro, se interesan por ella y todo acaba en una denuncia y un polémico juicio.

Por suerte, como debía ser, a los animales de los chicos, a ese grupo de imbéciles inhumanos, los condenan.

Hasta aquí, todo más o menos claro. Pero es que es justo aquí donde empieza mi polémica.

Lo siento mucho, sí lo siento, coincido plenamente en que esos chicos son unos indeseables y unos malnacidos y, si por mí fuera, unos cientos de latigazos en público (literalmente) les vendrían fantástico para que lo recuerden de por vida. Pero, pretender que se les condene por “obligar”, por “forzar”, a la chica a montarse en la Montaña Rusa, no tiene ningún sentido para mí.

Sí, son unos cabrones indeseables, sí, abusaron del momento y se lo hicieron pasar muy mal a la chica. Pero eso es lo que hicieron, abusar de una persona en una situación concreta. Montarse en la Montaña se montó la chica ella solita y no debería haberlo hecho.

Esta es mi opinión, sí, esta es. Y resulta que hoy día decir esto en público en España significa ser un miserable y asumir que la gente te mire como a un machista, un delincuente o incluso un violador. Y al que no te mira así también lo califican igual: un machista despreciable.

Pero también resulta que como no es razonable que uno tenga que aguantar estos ataques feminazis y totalitaristas, hay mucha gente que por fin se está cansando de que esto pase. Y resulta que muchas de estas personas, incluyéndome yo, solo han encontrado refugio en partidos políticos que otros califican de “Extrema Derecha”

Así que, sí, esos partidos (o ese partido) tendrá muchas cosas malas (como todos, nada es perfecto) pero hay una cosa que sí tiene ese partido y que es muy positiva, y es que deja de aceptar públicamente que los hombres son culpables por defecto y que las mujeres no son responsables de nada.

Lo dije antes y lo repito ahora, esos chicos son unos indeseables y, como debe ser, recibieron su condena. Y, sí por mí fuera, sería más severa. Pero una cosa es aumentar la severidad del castigo y otra muy distinta es pretender igualar el hecho de “abusar” con el hecho de “obligar” o “forzar”, que son dos cosas muy distintas.

No pasa nada, yo ya sé que de momento para más del 51% de la población Española soy un machista. Ya veremos que pasa con el tiempo… de primeras algunos ya deberían empezar a revisar claramente qué defienden ellos.

Saludos a todos.

Delestos.

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Cambio de Bitácora, cambio de Blog, cambio…

Hola a todos, de nuevo meses después!

Durante más de 10, 15 o 20 años (ya no lo recuerdo), he usado Serendipiti como motor de blog y estoy muy, muy agradecido por ello pero, todo llega y ahora ha llegado el momento de cambiarse a WordPress.

Por tanto, aquí está, esta es la nueva bitácora en WordPress.

He intentado migrar a esta nueva bitácora todo lo que he podido de la antigua (incluidos comentarios e imágenes) pero con seguridad no está todo, así que, aunque sea para consulta o por pura nostalgia, el otro blog seguirá activo pero cerrado a comentarios:

http://www.delestos.com/blog/

Y, a partir de ahora, sigo en esta.

Gracias a todos 🙂

Saludos,

Delestos.

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