Buenas Monic 😉 🙂
Otro mes después, otra vez por aquí. Que caro está el tiempo!!
Son la una de la tarde, tengo todo el piso recién limpiado y el balcón del salón levantado y abierto. Hoy hace un día de esos que tu te pones ON.
He salido a por el pan en camiseta y hace calorcito, y estamos en febrero, y hace dos semanas hacía 6 grados por la mañana…
Hay gente por la calle como si fuera verano a las 10, cuando la gente hace compras antes de que no se puede salir.
Se escuchan pajarillos y parecen pequeños, aunque no pueda ser porque no pasó aún la primavera.
Realmente mi barrio es un pueblo. Por el balcón se escucha al tendero; al del gas; a los coches de caballos, que podrían ser burros; a los niños que juegan en la calle como si estuvieran en la acera de su casa. A los jóvenes de fiesta que, recién levantados de la juerga de ayer, van a tomar ahora el aperitivo de las 2, antes de comer, comentando la noche anterior con los amigos.
Realmente no sé si me equivoco, pero no creo que hay mucha diferencia entre esto y tu pueblo en ciertas ocasiones. Quizá se parezca un poco a donde tu tenías el piso alquilado con Ro en la facultad y, desde luego, a lo que no se parece en nada es a donde estás ahora en Madrid ¿no?.
Hoy hace un día de ir a la playa. De pasear por allí como si fueran los fines de semana de pre-feria, o los fines de semana de septiembre. De tomar un baño los que nos gusta el agua fría y de tomar el sol los que no nos gusta el sol. Y a la tarde, si hace frío, siempre queda el jersey de algodón; ese que nunca se guardaba en verano cuando iba a Santander.
Hoy hace un día de esos que tu te pones ON.
Todo este trozo improvisado, Monic, lo colgaré, con tu permiso, en la bitácora.
Y ahora (diez minutos después del letargo de mirar por la ventana) te contesto lo pendiente 🙂
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