Por circunstancias personales hace tiempo que tengo más relación con padres y madres divorciadas o separadas. Algunas se llevan asombrosamente bien con sus ex y otras terriblemente mal.
Algunas tienen la custodia de sus hijos al 100%, otros al 50%. Unos tienen los niños una semana sí y otra no, unos dos semanas sí y dos no. Algunos hasta un día sí otro no… de todo. Algunos mantiene una relación de amigos, otros simplemente cordial, otros solo con respeto y otros siempre acompañados de un tercero (porque la relación entre los padres es terrible).
Hace poco he conocido un caso de una chica que es maltratada por su ex. Cuando firmaron su convenio de divorcio la relación era aceptable y acordaron pasar juntos con su hijo un día al mes para que su hijo pudiera disfrutar de ambos padres a la vez.
Desgraciadamente, ahora el padre aprovecha esos días de familia para maltratar a la madre. Un insulto, un guantazo, un empujón. Nada “grave”, sin marcas, algo “llevadero”.
Obviamente la relación entre ambos ya no es la que era, ahora es terrible para ella. Pero ella no denuncia ni hace nada porque su hijo está contento de verlos a ambos y no quiere que las cosas cambien.
Claro que muchos de sus amigos le dicen que eso no tiene sentido. Que esa situación tiene que acabarse.
Otros, en cambio, la entienden perfectamente y la animan a seguir así y a que no le de importancia a esas agresiones. Total, si realmente apenas te hace daño. Si realmente él no lo hace por maldad. Si es verdad que se ve que el padre lo quiere con locura y el niño apenas percibe nada. Lo mejor es que sigas aguantando así. Haces el paripé ese día y, si algún día se pasa un poco, te pones maquillaje.
A mi me cuesta ver ese segundo punto de vista pero parece que no es tan raro.
El problema es que ella no es una madre. El problema es que en este caso el maltratado es un padre. Y no es maltratado físicamente, no. Es maltratado económicamente, psicológicamente.
Claro, visto así parece distinto ¿verdad? pero. ¿de es verdad distinto?
En el momento del divorcio, cuando la relación era aceptablemente buena entre los padres, este padre acordó pagar todos los gastos de su hijo y además pagarle a su ex una pensión. Este padre lo hizo así porque era lo mejor en aquel momento, porque la madre no trabajaba y porque tenía miedo de perder parte de la custodia de su hijo.
Ahora la madre trabaja pero no consiente que se le retire ni se le baje la pensión.
Cada mes este padre debe seguir pagando porque la ley entiende que él llegó a ese acuerdo voluntariamente y no se puede probar que la madre se esté aprovechando, ni que lo tuviera todo premeditado cuando preparó el acuerdo de divorcio, ni que eso sea una falta de honestidad por su parte. Además, esa carga económica para el padre es “llevadera”…
No importa si el padre apenas llega a fin de mes y lleva meses consumiendo los ahorros de su familia. No importa si el padre tiene que trabajar más horas que la madre. Él firmó ese acuerdo voluntariamente, igual que la madre de la primera historia firmó voluntariamente ver a su maltratador una vez al mes.
El padre no puede probar nada, igual que la madre de la historia anterior no puede probar que la agredan.
Pero la mayoría de la gente lee la primera historia y no entienden por qué algunos amigos la animan a aguantarse. Sin embargo cuando se trata de pagar en la segunda historia… ahí sí son muchos los que sí animan a que el padre no haga nada y siga aguantando. “A no hacerse mala sangre” animan algunos. “A no pelear por orgullo” dicen otros. Porque toda esa pelea no hace más que perjudicar la relación y por tanto al menor, concluyen todos.
Y así nos va. Pidiendo IGUALDAD de genero cada día para que a unas no les peguen pero sin hablar de aquellos a los que les roban con la connivencia de la Ley. Un auténtico sinsentido.
Yo desde luego lo tengo claro, respeto la opinión de todos pero, a los que no entienden que los dos casos son una agresión, simple y tristemente los aparto de mi lado.
Siento que algunos fueran amigos antes pero, aquellos que no entienden que la discriminación positiva no es más que una aberración, no los quiero cerca mía. Aquellos que siguen pensando que ese ex que pega a la madre una vez al mes es buena persona y siguen teniendo relación con él, o a aquellos que piensan que esa madre que roba una vez al mes es buena persona y siguen teniendo relación con ella; lo siento, pero no los quiero cerca mía.
Aceptar, exculpar, consentir… todo eso es ser cómplice.
Si alguien maltrata, hombre o mujer, sin piedad, pero para todos, no solo para un género.
Saludos a todos.
Delestos.