Año y medio, planificación.

Adrián

(Conviene leer la entrada anterior antes de leer esta.)

Una de estas tardes, después de la siesta, le he dicho a Adrián que nos íbamos de paseo a la calle. Como es habitual, se ha puesto muy contento y se ha ido directo para la puerta del piso.

Me he ido detrás suya y le explicado que primero teníamos que cambiarle el pañal y la ropa, entonces él, como hace a veces, me ha dicho “no, no, no…”.

-¿Pero Adrián tú quieres ir a la calle?-
-gi, gi, gi- (Sí, sí, sí, en su idioma).
-Adrián entonces hay que vestirse. Mira yo ya tengo los zapatos y me he puesto la ropa de salir.-
Y él -gi, gi, gi- pero sin separarse de la puerta.

Tras dos o tres intentos más he pasado a la paciencia activa. Le explicado que cuando cambie de idea que me avise y me ido a otra habitación y me he puesto a trabajar.

Ni ha llorado. Simplemente ha intentando molestarme y llamar mi atención con todo lo que ha podido: me ha traído zapatillas y me las puesto encima, me ha dado palmadas en las piernas, me ha llamado, ha dado por la casa algún que otro golpe con algo…

Aprovechando que él ha ido viniendo a la habitación donde yo estaba, yo me he ido levantando de vez en cuando para ir cerrando puertas y dejarle cada vez menos radio de acción.

Resignado, ha venido y me ha llamado de nuevo pero en un tono distinto. Le he preguntado si se iba a poner la ropa y me ha dicho que sí. Me he levantado y nos hemos ido los dos al baño donde está el cambiador. Cuando hemos llegado se ha sonreído y ha dicho de nuevo -no, no, no…- y se ha quedado tan feliz.

Me he vuelto a la habitación, me he sentado de nuevo y he esperado. Me he dejado hacer la jugada esa de ir hasta el baño un par de veces más a sabiendas de que me engañaba. Pero, finalmente, he agarrado la ropa y el pañal, me los he llevado conmigo y los he puesto encima de la mesa. –Ya no me levanto más, cuando de verdad quieras, coges las cosas y me avisas-.

Entonces el niño, de nuevo para llamar mi atención, se ha puesto a intentar darle vueltas a mi silla giratoria. Generalmente dejo que lo haga conmigo encima porque sé que le gusta darme vueltas. Pero esta vez, como ya no quería echarle cuenta, he puesto los pies en el suelo para que la silla no se mueva.

El niño, ya resignado, ha ido a coger el pañal y me ha hecho gestos para ir a vestirse. Perfecto…

Mientras íbamos al baño para cambiarlo, ni ha llegado, él disimuladamente se ha quedado atrás y cuando, tras llamarlo yo desde el baño y ver que no venía, he vuelto a la habitación, me lo he encontrado dándole vueltas a la silla y “sonriendo”. Me la ha jugado con planificación (lo que viene a llamarse con premeditación y, seguro, alevosía).

Él sabía que yo volvería a levantarme como las otras veces y ha usado esa técnica para quedarse con la silla. Quizá a la gente le parezca poca la diferencia con respecto a que llore para que le echen cuenta pero, la sutil diferencia entre hacer algo de efecto inmediato (“llorar -> me echan cuenta” o “tu vas -> y yo te sigo para reírme en el momento”) y planificar un engaño (él se va a levantar, yo luego me vuelvo…) a mí sí que me parece significativo con 18 meses.

Tras esto, con 35 años de diferencia con el niño, he empleado yo mi astucia (si es que merece ese nombre). Hemos vuelto a ir los dos al baño y cuando él esperaba poder volver a sonreírse para decirme -no, no, no…- he cerrado la puerta y me he sentado en el baño a esperar.

Aquí nos vamos a quedar los dos hasta que te decidas a vestirte– Y he cerrado los ojos para no echarle cuenta.

Ni un lloro. Ha hecho ruiditos con las dedos en la puerta, ha dado vueltas sobre sí mismo en el baño y se ha tumbado plácidamente en el suelo a meditar sobre su resignación. Finalmente, a los pocos minutos me ha dicho que lo suba al cambiador y que lo vista.

Fuera ropa, cambio de pañal, pantalones. Todo como la seda (cosa que estos días era imposible).

Cuando he llegado a la camiseta se ha rebelado en la segunda manga.

Me he vuelto a sentar en el baño, he vuelto a cerrar los ojos y ha sido inmediato. El niño se ha desplomado en el cambiador rendido y con cara de “vale ponme ya todo lo que quieras y vámonos de una vez”.

Por fin, una hora después de lo previsto, nos hemos ido felices a la calle.

Lo mejor es que sé que a él le da exactamente igual cambiarse de ropa. Su negativa es por pura satisfacción de rebelarse, porque él es el primero que quiere salir a la calle y porque otras veces se pone la misma ropa sin problemas.

Sinceramente, por un lado me ha dado pena verlo derrotado. Por otro, me he sentido orgulloso de mi mismo por haberlo derrotado (que con 35 años más ya es triste el asunto).

Pero la cuestión es que, viendo mi nivel de inteligencia ¿con cuántos meses empezará él a hacer lo que quiere, creyendo yo que hacemos lo que yo quiero…?

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Año y medio, un punto de inflexión.

Adrián fingiendo

La verdad es que mi hijo me ha ido sorprendiendo desde que nació, supongo que como a cualquier otro padre primerizo.

Me ha ido demostrando como muchas cosas vienen heredadas, y no aprendidas, aunque sean gestos o posturas que serían más propias de la adquisición por imitación que de la determinación genética. Y me ha enseñado cómo, en pocos meses, se pasa de gatear a andar, o a trepar o a subir escaleras.

Pero, si hay un cambio que he notado drásticamente, ha sido el del año y medio.

Desde inicios del verano, con 15 ó 16 meses, ya vimos que empezaba a llorar de mentira. Lo hacía de una forma bastante simpática y burda; fácil de distinguir, mirándote para ver si le echabas cuenta o tapándose sólo un ojo para poder mirar con el otro…

Más o memos por esa misma época ya reconocía perfectamente todas sus palabras básicas (no, mío, dame, toma, papá, mamá, agua, déjame, vamos, cuco, ahí, etc.) y era capaz de entender frases sencillas con esas palabras. Por ejemplo “dame eso” señalando algo y te lo daba.

Pero ha sido ahora en Septiembre, con 18 meses, cuando hemos visto dos cambios muy importantes.

Por un lado, que su lloro de mentira ha mejorado mucho; tanto que ahora (a veces) sí que no sé si es de verdad o de mentira. Y, por otro lado, que ya entiende frases complejas perfectamente y por tanto entiende prácticamente todo lo que hablamos (aunque él todavía sólo sepa entender y no crear esas frases complejas). Por ejemplo, puedes decirle desde la puerta de la entrada “Adrián coge la pelota si quieres llevarla a la calle” y él va y busca la pelota en otra habitación y se la trae.

Y, junto con esos dos cambios, he detectado una habilidad nueva: capacidad de planificación futura.

Es cierto que esa capacidad de planificación futura debe estar relacionada con la comprensión de frases complejas porque muchas de ellas implican acciones posteriores pero, en cualquier caso, a mi me ha resultado sorprendente.

Cuento a continuación los hechos sucedidos esta semana, donde se ven reflejadas las tres cosas.

Desde hace unos días, a la innata cabezonería de mi hijo (“personalidad de propósito muy firme” según su abuela…) se ha unido la rebeldía física. Eso ha implicado que ciertas cosas hayan pasado a ser realmente complicadas.

Por ejemplo, cambiar un pañal cuando el niño no quiere (cabezonería) y no se deja (resistencia física) se hace casi imposible sin hacerle daño.

Las alternativas son:

Opción 1: Realizar la tarea (poner el pañal o la que sea) por la fuerza.
Sinceramente, lo he conseguido dos ves y para ello he tenido que sujetar el cuerpo del niño con una pierna mientras le ponía el pañal con las dos manos…
Eso aparte de violento para mí, y para él, es arriesgado porque, si te equivocas midiendo tus fuerzas, le puedes hacer daño. (Ya que el emplea su resistencia física sin ningún tipo de control y yo no soy especialista en sujetar niños con la pierna…)

Opción 2: Darle al niño un cachete en el trasero para que se esté quieto.
Sinceramente, no lo he probado y no creo que funcione. Primero porque no creo que entienda lo que implica ese azote y segundo porque cuando está en ese estado de resistencia le da tan igual todo que posiblemente lo único que consiga sea que él haga más fuerza y que llore más todavía.

Opción 3: Paciencia, pero paciencia activa.
¿Qué significa esto? significa que hay que esperar a que el niño, nuestro hijo, entre en razón propiciando el ambiente para ello.
Cuando hace unos días empleamos este método por primera vez ni siquiera yo estaba totalmente convencido de que el niño realmente pudiera entender la situación y que, por tanto, funcionase el sistema. Tenía indicios que me animaban a pensar que estaba en lo cierto pero no tuve certeza hasta que lo vi.

Una tarde el niño tenía puesto el pañal pero no quería ponerse el pijama y empezamos la técnica de paciencia activa. Lo dejamos tranquilamente en el suelo. Le explicamos que tenía que ponerse el pijama si quería cenar y ver sus dibujos favoritos, y dejamos de echarle cuenta.

Empezó a llorar (tenía hambre) y lloró mucho. Más, cuanto más lo mirabas; más, cuanto más le volvías a explicar (con paciencia) que tenía que ponerse el pijama. Finalmente le dije a mi mujer que ignorase completamente el niño, que yo estaba convencido de que él ya había entendido la situación y que la próxima vez debía ser él el que se acercara y nos buscase a nosotros y no al revés.

Lloró unos minutos más y al poco, él solito fue a la mesa, se puso de puntillas, cogió el pijama, se lo llevó al sofá a su madre y le dijo con señas que se lo pusiera.

Habían pasado 50 minutos… obviamente luego le pusimos sus dibujos favoritos y cenó.

Este hecho nos mostró los dos cambios: su perfeccionamiento en el lloro y su capacidad para entender todo lo que le habíamos explicado.

Tres días después me enseñó como se planifica… eso lo cuento en la siguiente entrada 🙂

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If you are not moving forward, you are moving backward

If you are not moving forward, you are moving backward.

Dada la falta de tiempo para añadir contenidos propios, voy a recurrir a la creatividad de otros con un par de artículos, en inglés, que merece la pena leer.

Están enfocados a la vida laboral y empresarial pero, no nos engañemos, se pueden aplicar a todo. En especial, a la propia vida.

Se resumen en estas dos ideas:

“If you are not moving forward, you are moving backward.”

http://www.businessinsider.com/amazing-career-advice-for-college-grads-from-linkedins-billionaire-founder-2013-5?op=1

Eso mismo me recuerda mucho a lo que decía una de las protagonistas de la serie Vientos de Agua en uno de los últimos capítulos. Ante la adversidad, le comentaba algo así a un amigo “¿Me viste triste alguna vez? Yo siempre estuve alegre. Avanti, tuti avanti, siempre, y así es como vamos a seguir ahora.”
http://www.imdb.com/title/tt0459724/

Y la segunda idea, que también se aprende con el tiempo pero que no está mal recordar, y aplicar también a la vida cotidiana y no sólo a la laboral.

“Five frogs are sitting on a log. Four decide to jump off. How many are left? Five, because deciding is different than doing.”

http://www.linkedin.com/today/post/article/20130520005409-36052017-are-you-making-this-mistake-at-the-end-of-your-meetings

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Donde las cosas funcionan. 10. Espectáculos a lo grande.

Mormon Tabernacle Choir

Mañana del día de Reyes en España, 6 de enero. Enciendo la televisión a primera hora, sobre las 8:00 u 8:30, y me encuentro que empieza el programa de Televisión Española “Los conciertos de la 2”. Lo dejo puesto porque, a veces, tienen música interesante y, poco a poco, comienzo a darme cuenta de que esta vez lo que muestran no es un concierto normal.

El lugar del concierto es gigantesco, no se ve el fin del público. Y no es sólo un concierto, es un espectáculo.

Hay cuatro grupos de coros cantando, una orquesta completa y un grupo de bailarines que danza o hace pequeñas representaciones según la pieza que tocan. ¿Qué es?

Desde luego, el Concierto de Año Nuevo de Viena que solía poner mi padre todos los 1 de enero junto con los saltos de esquí, estaba bien pero… era distinto. Sonaba bien, era agradable, era elegante, era clásico pero, ni de casualidad, era grandioso como este.

Tras mirar la guía interactiva de la TV salgo de dudas. Lo que están poniendo es “The Spirit of Giving”, un fragmento del concierto completo “Once Upon A Christmas” del coro Mormon Tabernacle Choir celebrado en el Temple Square de Salt Lake City (USA, Utah), un complejo multiusos de 40.000 metros cuadrados. En concreto, el concierto se da en el edificio Salt Lake Tabernacle, con capacidad para 8.000 personas sentadas… casi nada.

Y es que, a veces, uno se sorprende comparando las cosas mas inesperadas para, simplemente, volver a darse cuenta de lo evidente, que cuando se trata de hacer espectáculos a lo grande, los americanos no tienen rival. Y no estamos hablando sólo de cantidad, estamos hablando de calidad. De calidad en los detalles del conjunto, los colores, los decorados; de calidad en los recursos de la orquesta; de calidad en el coro.

Este es uno de esos casos en los que una imagen (vídeo) vale más que mil palabras.

Les dejo también el enlace al vídeo en grande en la propia página web de TVE, por si falla el de arriba.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/los-conciertos-de-la-2/conciertos-2-the-spirit-of-giving/1643156/

También dejo un enlace por si se quieren guardar el vídeo en su ordenador (160 Mb).
http://www.delestos.com/blog/uploads/archivos/USA2011/spirit_of_giving_640_360.mp4

Y también les dejo otro enlace a la página oficial del coro, por si se quieren comprar el DVD completo con toda la actuación (no sólo la parte mostrada en TVE).
http://www.mormontabernaclechoir.org/products/product?product_id=686

Que lo disfruten, lo merece.

Un saludo.

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En tiempos de modems e impresoras de papel punteado…

Google Legacy Simulator

Me envía mi padre un enlace a una web con un simulador de google funcionando como en los años 80, con su sonido de modem y su interfaz de texto negra y blanca.
http://www.masswerk.at/googleBBS/

Para los que ya tenemos una edad, da gusto escuchar ese sonido que tan buenos ratos nos ha hecho pasar.

Ese sonido de cintas de casete donde, antes de la grabación de cada programa, se grababa la voz de uno mismo indicando que se iba a grabar.

Ese sonido del modem llamando a la línea telefónica para usar un arcaico navegador MOSAIC con gopher o el desaparecido Netscape Navigator.

Todavía recuerdo que hace sólo dos o tres años le presté a un amigo (que se quedó sin ADSL) un modem que yo todavía tengo guardado y lo estuvo usando.

También me envía mi padre este otro enlace de un simulador de google funcionando con tarjetas perforadas (pulsad Intro una vez introducido el texto en la tarjeta).
http://www.masswerk.at/google60/

En este caso, para los que todavía no somos tan mayores, no da tanta emoción el uso de tarjetas perforadas como ver esa simulación de la impresora con el papel punteado. ¡Cuántos trabajos impresos en ese papel he entregado yo en el colegio!
Nestacape Logo

Todo un disfrute para los amantes de lo “Legacy”.

Saludos.

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Donde las cosas funcionan. 09. Acción de gracias.

Jean Leon Gerome Ferris [Public domain], via Wikimedia Commons

Una de las cosas que más me llamó la atención en United States fue conocer y vivir allí el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day).

Por suerte o por desgracia, dada mi incultura, yo siempre había pensado que ese día era una festividad religiosa, algo relacionado con la Navidad o con la Nochebuena.

Sin embargo, a pesar de la importancia de la religión en Estados Unidos y del nombre de “acción de gracias”, que parece indicar un gracias a Dios, no hay nada más lejos de la realidad. Acción de gracias es una (si no la más) importante de las fiestas de Estados Unidos, y es una fiesta completamente laica.

Thanksgiving Day es un día de fiesta familiar. Un día en el que todas las personas, todas las familias, independientemente de su religión, dan gracias por las cosas que tienen.

Existen muchas versiones sobre el origen de esta fiesta, unas con más y otras con menos adornos. Pero todas coinciden en lo fundamental, lo mal que lo pasaron los primeros colonos americanos y como, una vez superados los malos tiempos, realizaron una celebración junto con los indios (nativos, indígenas) que les habían ayudado en su adaptación al nuevo continente.

Personalmente, a mi me parece una de las mejores fiestas que se pueden tener. Al menos una de las de mejor motivo. No se trata de divinidades, ni de leyendas, ni de política, ni de trabajo, ni de cosechas. Simplemente, se trata de meditar un poco sobre lo que se tiene, y valorarlo.

En muchos aspectos, ese día se asemeja mucho a nuestro día de Navidad. Es el día en el que todas las familias intentan estar reunidas, viajando a sus hogares. Ese día se organizan actos benéficos especiales para que nadie esté sólo, para que todo el mundo pueda tener una comida (cena) especial. Ese día todo el mundo está amable y contento. Ese día todo son buenos deseos y saludos de “happy thanksgiving day”.

Y al igual que aquí en Navidad, allí, durante los días previos, todos los periódicos, todas las revistas, todos los colegios y todas las escuelas tienen lecturas y actos especiales explicando el origen y el sentido de la fiesta.

Y, durante ese día, el presidente y otros políticos tienen actos especiales y un discurso similar al de nuestro Rey en Navidad.

Nosotros tuvimos la suerte de compartir ese día con una familia, nuestra familia de allí, y con su familia, que nos acogió como familia propia. Tuvimos la suerte de compartir esa comida con el típico pavo (que originalmente era otra ave) y la suerte de compartir tertulia y vida con ellos.

Ahora entiendo un poco mejor la importancia que ellos le dan. El porqué, por ejemplo, aparece en tantas películas esa escena en la que el protagonista invita o es invitado por alguien para no cenar sólo ese día.

Realmente se parece mucho a nuestra Navidad en el sentimiento, pero es muy diferente en su sentido. Muy diferente.

Ahora, una vez aclarado todo esto, debo comentar otra cuestión relacionada y una visión completamente diferente que me dio un amigo sobre este día.

La cuestión relacionada es que la misma noche del Thanksgiving Day, el jueves a las doce de la noche, empiezan las rebajas de Navidad en Estados Unidos. Es lo que se conoce como Black Friday.

Ese Black Friday, el primer día de rebajas, los comercios ponen a la venta auténticas gangas como reclamo. La gente acampa esa noche a las puertas de las grandes cadenas esperando a que abran las tiendas. Los telediarios de todo el mundo sacan al día siguiente las avalanchas de gente entrando en los comercios y, al menos desde España, se organizan vuelos de ida y vuelta sólo para ese fin de semana.

Además, desde hace un par de años, desde 2011, muchas tiendas españolas y muchas webs de venta en España, han empezado a tener precios y ofertas especiales ese fin de semana.

Salir esa noche a los centros comerciales, a los Mall, es una auténtica locura. Lo mismo que aquí cuando empiezan las rebajas de Enero. Pero hay una diferencia fundamental, allí las rebajas las empiezan para que la gente compre lo regalos de Navidad.

Es decir, allí la gente compra los regalos en rebajas. Aquí es justo al revés, las rebajas empiezan cuando acaba la temporada de regalos.

Son dos estrategias comerciales completamente diferentes. En USA “demos rebajas para que la gente compre más”. En España “demos rebajas para que la gente compre algo cuando ya no tienen nada que comprar”. Ese análisis lo dejo para los másteres de marketing.

Y dicho esto, paso a explicar esa visión diferente del Thanksgiving Day. Visión aguda por su inteligencia pero injusta en mi opinión.

Esa visión dice que: el Día de Acción de Gracias aúna y resume toda la cultura americana en un solo día: ver deportes, comer y consumir. El ideal de todo buen americano.

Primero se ven los partidos especiales de liga que se juegan ese día. De 12:00 a 16:30 (más o menos).

Luego se realiza la copiosa y superabundante comida de Acción de Gracias. De 17:30 a 19:30 (más o menos).

Después se sale a gastar dinero y consumir. A partir de las 11:30.

A este amigo le faltó proponer que, entre la comida y salir de compras, pusieran unas pelis de guerra para completar el asunto.

Desde luego no comparto la opinión pero tampoco me parece justo evitar que ustedes la lean. Yo prefiero quedarme con la idea de que existe una fiesta en la que uno simplemente da gracias por lo que tiene.

Saludos a todos.

PD: para averiguar la historia de porqué se llama blackfriday, ya usan google. Que si no esto se alarga demasiado.

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Donde las cosas funcionan. 08. Sanidad.

Ultrasound image

Dicen que España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo pero ¿quién lo dice? ¿qué datos han dado sobre esta afirmación?.

¿Por qué todo el español que puede tiene un seguro privado?

¿Por qué los funcionarios no usan el sistema de salud público, atendido por sus propios compañeros?

¿Por qué a la salida de los hospitales y centros de salud uno sólo suele escuchar críticas y no alabanzas sobre el trato o la educación con que lo han atendido? ¿o por qué la mayor parte de la población habla mal de él?

¿Por qué la gente que puede se va a otros países a recibir algunos tratamientos?

No será que eso de que es uno de los mejores sistemas de salud del mundo sólo lo dicen los políticos.

Probablemente el sistema público de salud español sea uno de los mejores dotados, uno de los que más medios tiene y uno de los que, históricamente, menos restricciones ha tenido para atender pacientes (ya sean españoles o no). Pero ¿lo hace eso bueno de por sí?

¿De qué sirve tener los mejores medios si a uno se los aplican dos meses (o dos años) después de cuando los necesitaba? ¿De qué sirve tener la última tecnología en robótica y telemedicina si luego los médicos no se fían de usarla y siguen operando con los métodos tradicionales?

¿Donde se mide la educación en la atención del paciente? (que deja mucho que desear en muchos casos, pensando el médico de turno que nos hace un favor y no que nos hace un trabajo por el que pagamos impuestos.)

¿Dónde se mide la flexibilidad para acomodar las citas para una consulta a la disponibilidad del paciente?

¿Dónde se mide la desorganización que reina cada vez que se presentan puentes y vacaciones, cancelando citas o cambiándolas de centro como si pasear al paciente por la ciudad no fuera incómodo para él?

Cada vez veo más claro que el personal que trabaja en este sistema no entiende que presta un servicio por el que se ha pagado y que no le hace un favor al ciudadano (y que por tanto este no puede quejarse de nada porque bastante tiene ya con que le atiendan).

Y por supuesto, quéjese ¿de qué sirve? si quejarse de un funcionario no les afecta para nada, son como entes intocables en su puesto de trabajo.

Sin embargo, el sistema público español de salud tiene buena fama y el americano muy mala.

No pretendo cambiar esa idea, es imposible, pero sí puedo dar un par de datos:

1) El sistema de salud público americano sí existe, yo he estado en él. Ahora bien, no te cubre si no eres ciudadano o trabajas y cotizas allí (algo que encuentro de lo más lógico) y si además no tienes seguro privado.

Y parece que en España tendemos a eso porque, lo que no tiene sentido, es que yo esté enfermo y me vaya de vacaciones a otro país para que me atiendan gratis allí. O que yo sepa que estoy embarazada y que me vaya a otro país para tener a mi hijo gratis allí.

Y, sí, esto parece una afirmación dura pero es que es la realidad. Un país no puede dedicarse a dar sanidad gratuita a todo el mundo por la misma sencilla razón de que no puede dedicarse a darle de comer a todo el mundo. Somos un país, no un centro de acogida, ni una ONG. Vivimos de lo que los ciudadanos o trabajadores pagamos en impuestos y entre estas personas debe repartirse.

Haciendo lo contrario pasa lo que pasa, que el sistema entero se deteriora en perjuicio de los que lo pagamos cada mes.

2) La atención de salud privada en Estados Unidos no es mas cara que la española.
Por ejemplo, una consulta regular a un ginecólogo para el seguimiento del embarazo cuesta unos 100 dólares (unos 70 euros cuando nosotros fuimos). Algo muy similar a lo que a mi me cuesta mi consulta privada con el alergólogo. Eso sí, el informe que luego te entrega este médico tiene un detalle sobre el desarrollo de la consulta que ya podrían copiar los centros de aquí. Te entrega un resumen completo de cómo transcurre la consulta y a qué se dedica el tiempo en ella. A mi me sorprendió bastante.

Otro ejemplo, una ecografía de alta resolución para buscar malformaciones en el feto cuesta en un centro de reconocido prestigio 2.000 dólares (unos 1.500 euros). Hay centros donde la hacen por 1.000 dólares y otros donde pedían 3.000.

No sé cuanto cuestan en España, creo que menos (aunque no mucho menos, unos 500 euros), pero sí que puedo asegurar que los medios que vi en ese hospital y en esa sala no se parecen a ninguno de los que he visto en los hospitales de España.

Por supuesto, en todos, todos los casos, siempre encontramos educación, vocación de ayudarnos y amabilidad. Algo muy de agradecer y que no debe ser casualidad porque puedo asegurar que en este último viaje fuimos y hablamos con muchas consultas y centros diferentes.

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Donde las cosas funcionan. 07. Sirope de maíz.

Corn Syrop images from google

¡Cuánto tiempo! casi un año desde de que me fui, casi medio año desde que escribí.

De todas las cosas nuevas que me impresionaron en este último viaje a USA, hay una que está claramente por encima de las demás, y es la importancia del sirope de maíz, y por tanto, del maíz en sí mismo, en Estados Unidos.

Quizá uno no suele darse cuenta de este hecho porque los propios americanos no lo tienen en cuenta y, porque su presencia, la del sirope de maíz, no está anunciada por ahí a bombo y platillo.

Pero créanme, cuando uno se da cuenta de esto, y empieza a fijarse, llega a ser sorprendente su presencia.

El corn syrup está por todas partes. Es como una sustancia mágica que lo mismo sirve dulces, para salados, para carnes o para envasados.

Por favor, entren en un supermercado, cojan al azar tres productos de cada sección y miren su etiqueta ¿lleva corn syrup?

A veces es para endulzar, a veces para espesar, a veces para hacer bulto y, a veces, sospecho que lo echan por costumbre. Pero la realidad es clara, prácticamente todo lo comestible que haya tenido algún tipo de procesado en USA, lleva corn syrup.

Quizá no se pueda considerar una materia importante en el sentido de necesaria porque, de no haberla, simplemente se usaría otra cosa; como hacen el resto de países. Quizá es simplemente que tienen mucho y por eso lo usan, como hacemos nosotros con el aceite de oliva.

Pero, a diferencia de nosotros, parece que ellos no se empeñan en que el resto del mundo sepa de su importancia.

De hecho, luego llega uno aquí y le anuncian en los supermercados Ketchup auténtico americano, pan de hamburguesas americano, hamburguesas americanas, alubias rojas americanas pero… no llevan corn syrup ¿entonces de qué hablamos? ¿qué tipo de timo es este?

Debo reconocer que el análisis más exhaustivo en este sentido lo he hecho con las salsas barbacoa. He llegado a comprar más de diez diferentes, aquí en España, para encontrar una similar a la Sweet Baby Ray’s de allí pero, desde que miro el envase, sé que es para nada.

Aquí en España, el primer ingrediente de todas las salsas barbacoa que he visto es el tomate y allí siempre es el corn syrup.

Estoy seguro de que no es imprescindible y existen sustitutos pero, de no haberlos, estoy seguro que tras el petróleo, lo más importante en Estados Unidos sería el sirope de maíz.

Saludos a todos.

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