Donde las cosas funcionan. 08. Sanidad.

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Dicen que España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo pero ¿quién lo dice? ¿qué datos han dado sobre esta afirmación?.

¿Por qué todo el español que puede tiene un seguro privado?

¿Por qué los funcionarios no usan el sistema de salud público, atendido por sus propios compañeros?

¿Por qué a la salida de los hospitales y centros de salud uno sólo suele escuchar críticas y no alabanzas sobre el trato o la educación con que lo han atendido? ¿o por qué la mayor parte de la población habla mal de él?

¿Por qué la gente que puede se va a otros países a recibir algunos tratamientos?

No será que eso de que es uno de los mejores sistemas de salud del mundo sólo lo dicen los políticos.

Probablemente el sistema público de salud español sea uno de los mejores dotados, uno de los que más medios tiene y uno de los que, históricamente, menos restricciones ha tenido para atender pacientes (ya sean españoles o no). Pero ¿lo hace eso bueno de por sí?

¿De qué sirve tener los mejores medios si a uno se los aplican dos meses (o dos años) después de cuando los necesitaba? ¿De qué sirve tener la última tecnología en robótica y telemedicina si luego los médicos no se fían de usarla y siguen operando con los métodos tradicionales?

¿Donde se mide la educación en la atención del paciente? (que deja mucho que desear en muchos casos, pensando el médico de turno que nos hace un favor y no que nos hace un trabajo por el que pagamos impuestos.)

¿Dónde se mide la flexibilidad para acomodar las citas para una consulta a la disponibilidad del paciente?

¿Dónde se mide la desorganización que reina cada vez que se presentan puentes y vacaciones, cancelando citas o cambiándolas de centro como si pasear al paciente por la ciudad no fuera incómodo para él?

Cada vez veo más claro que el personal que trabaja en este sistema no entiende que presta un servicio por el que se ha pagado y que no le hace un favor al ciudadano (y que por tanto este no puede quejarse de nada porque bastante tiene ya con que le atiendan).

Y por supuesto, quéjese ¿de qué sirve? si quejarse de un funcionario no les afecta para nada, son como entes intocables en su puesto de trabajo.

Sin embargo, el sistema público español de salud tiene buena fama y el americano muy mala.

No pretendo cambiar esa idea, es imposible, pero sí puedo dar un par de datos:

1) El sistema de salud público americano sí existe, yo he estado en él. Ahora bien, no te cubre si no eres ciudadano o trabajas y cotizas allí (algo que encuentro de lo más lógico) y si además no tienes seguro privado.

Y parece que en España tendemos a eso porque, lo que no tiene sentido, es que yo esté enfermo y me vaya de vacaciones a otro país para que me atiendan gratis allí. O que yo sepa que estoy embarazada y que me vaya a otro país para tener a mi hijo gratis allí.

Y, sí, esto parece una afirmación dura pero es que es la realidad. Un país no puede dedicarse a dar sanidad gratuita a todo el mundo por la misma sencilla razón de que no puede dedicarse a darle de comer a todo el mundo. Somos un país, no un centro de acogida, ni una ONG. Vivimos de lo que los ciudadanos o trabajadores pagamos en impuestos y entre estas personas debe repartirse.

Haciendo lo contrario pasa lo que pasa, que el sistema entero se deteriora en perjuicio de los que lo pagamos cada mes.

2) La atención de salud privada en Estados Unidos no es mas cara que la española.
Por ejemplo, una consulta regular a un ginecólogo para el seguimiento del embarazo cuesta unos 100 dólares (unos 70 euros cuando nosotros fuimos). Algo muy similar a lo que a mi me cuesta mi consulta privada con el alergólogo. Eso sí, el informe que luego te entrega este médico tiene un detalle sobre el desarrollo de la consulta que ya podrían copiar los centros de aquí. Te entrega un resumen completo de cómo transcurre la consulta y a qué se dedica el tiempo en ella. A mi me sorprendió bastante.

Otro ejemplo, una ecografía de alta resolución para buscar malformaciones en el feto cuesta en un centro de reconocido prestigio 2.000 dólares (unos 1.500 euros). Hay centros donde la hacen por 1.000 dólares y otros donde pedían 3.000.

No sé cuanto cuestan en España, creo que menos (aunque no mucho menos, unos 500 euros), pero sí que puedo asegurar que los medios que vi en ese hospital y en esa sala no se parecen a ninguno de los que he visto en los hospitales de España.

Por supuesto, en todos, todos los casos, siempre encontramos educación, vocación de ayudarnos y amabilidad. Algo muy de agradecer y que no debe ser casualidad porque puedo asegurar que en este último viaje fuimos y hablamos con muchas consultas y centros diferentes.

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