La incertidumbre en el determinismo.


(De la wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Chaos_theory. A plot of the Lorenz attractor for values r = 28, σ = 10, b = 8/3.)

A raíz del comentario realizado por Liliana en el artículo Lbertad, ética y determinismo incluyo esta explicación pendiente sobre porqué se puede vivir sin pesar una vida determinada.

La explicación ya la apuntaba Jesús en su comentario sobre ese artículo:

“si todo está ya escrito, ¿qué sentido tiene la vida?” Yo te explico cuál es el sentido que yo le veo: que ninguno de nosotros sabemos qué es lo que va a pasar

Y todo se lo debemos a la Indeterminación y al Caos.

Gracias al principio de incertidumbre de Heisenberg sabemos que siembre va a existir una indeterminación en las mediciones que realizamos, y asumir esto significa que nunca vamos a conocer con exactitud el punto de partida de ningún sistema.

Así mismo, gracias a la teoría del caos sabemos que es imposible predecir el comportamiento de un sistema complejo cuando no se conocen exactamente sus condiciones de partida.

Por tanto, asumiendo la veracidad de estas dos premisas, sabemos que nunca, nunca, nunca, por mucho que avance la ciencia ni la tecnología, vamos a poder predecir el comportamiento de los sistemas complejos, porque nunca vamos a conocer con exactitud su punto de partida.

Y eso significa que nunca, nunca, nunca, vamos a poder predecir “el futuro”. O al menos que no lo vamos a poder predecir con una certeza tal que nos haga sentir incómodos.

Con el tiempo y con las mejoras en la precisión de las medidas, llegaremos a tener una gran exactitud en las mediciones de la física clásica, posiblemente, con el tiempo, lleguemos a poder predecir el comportamiento del clima con muy poco error.

Pero, en lo que atañe a las cuestiones cuánticas y al comportamiento de las moléculas, difícilmente podremos mejorar mucho. Ya a día de hoy se trabaja con probabilidades de estado de las moléculas y no con mediciones. ¡Y esto, esto, es magnífico!

Esto es lo que nos permite tener la tranquilidad de que nuestros pensamientos, pensamientos que son producidos por reacciones moleculares e interacciones eléctricas neuronales, nunca van a poder ser predecidos con exactitud.

Eso es lo que nos permite vivir con el determinismo: la certeza de que todo está determinado pero es imposible predecirlo.

En la práctica, si algo no se puede predecir, no importa que esté determinado.

Así que no nos queda más remedio que vivir con la tranquilidad de que es como si nada estuviera determinado.

Un ejemplo aclaratorio: el juego de la ruleta.

Una ruleta aislada del exterior y con un tamaño suficiente se convierte en un sistema simple de física clásica.
Simple porque al estar aislado (por ejemplo por una campana que evite vientos y vibraciones) no se puede ver afectado por interferencias complejas que lo conviertan en un sistema caótico.
Basado en física clásica porque a partir de que la bola tenga milímetros o centímetros no se va a ver afectada por las reglas de la física cuántica.

Por tanto, con la dedicación y recursos suficientes (no muchos), no me cabe duda de que se podría obtener una ruleta predecible con absoluta certeza.
Es decir una ruleta donde, desde el momento en que se tira la bola, pudiéramos predecir con absoluta certeza en que número va a terminar cuando la ruleta esté parada.

No creo que se necesitase más que una buena cámara de precisión para tener una imagen inicial del lanzamiento y unos buenos medidores láser que indicaran la velocidad, dirección y sentido de la bola, así como su rotación y la rotación de la ruleta. Y que esa información se introdujera en un sistema informático preparado (con el resto de datos fijos: medidas, materiales, índices de rozamientos, etc.) para que en unos segundos tuviéramos el número premiado, mucho antes de que la ruleta se parase.

Obviamente a ningún casino le interesa esto, por eso ni las ruletas están aisladas ni se permite hacer mediciones.

Pero, si asumimos que existe una ruleta así y qué podemos predecir donde va a caer la bola ¿quién iba a apostar al número perdedor? ¿o qué mérito tendría hacerlo al número ganador? En este caso el determinismo sería una pesada losa difícil de llevar.

Pero desde el momento que no se puede predecir dónde va a terminar la bola, todo cambia. Todos deben jugar su juego como si el final de la bola no estuviera determinado. Y de hecho así se hace en todos los casinos del mundo (exceptuando los trucados).

Y por esta misma razón, desde el momento en que contamos en nuestro universo con la incertidumbre y el caos, desde el momento en que la ruleta de nuestra vida no se puede predecir, no queda más remedio que vivirla (jugarla) con la alegría de que nada está definido.

Al principio nos puede generar cierta incomodidad saber que no es cierto, que todo está determinado. Pero en cuanto se entiende que, en la práctica, la determinación no predecible es exactamente igual que la indeterminación, podremos dormir mucho más tranquilos.

Es muy posible que, con el tiempo, gracias a las mejoras en las mediciones de las zonas activas del cerebro, se pueda llegar a predecir con algunos segundos de antelación si una persona está pensando en besar a otra o si una persona está pensando en matar a otra. Pero me atrevería a afirmar que no pasará de ahí. Nunca llegará a existir una predicción fiable de lo que realmente terminará haciendo esa persona respecto de lo que se estaba planteando. Nunca se podrá llegar a predecir si el beso o el crimen se iban a llegar a producir, habrá que seguir esperando a que el hecho se consume y nuestra “libertad” seguirá intacta.

Pero no nos entusiasmemos, con el tiempo, cuando todos llevemos sensores cerebrales integrados que emitan de forma pública nuestras mediciones cerebrales en tiempo real (y el móvil sea algo muy del pasado), entonces, en esa época, nunca nadie llegará a poder predecir nuestros actos pero sí que sabrán en cada momento sobre qué estamos pensando (sexo, matemáticas, cariño, odio, colonias o libros). Y no duden que eso será usado para intentar vendernos algo concreto.

Será la siguiente etapa comercial, una vez que se supere el simple comercio personalizado por detección de la retina que se muestra magníficamente en la película Minority Report (basado en el mismo libro de Philip K. Dick).

Saludos a todos. Que otra cosa podría decir sino aquello que estaba determinado.


Nota: La RAE no admite la palabra “predecido”, sólo admite la forma “predicho”. No obstante creo que en este texto la palabra “predecidos” expresa mejor lo que pienso.

Leave a Reply