La verdad, creo que yo siempre he sido una persona bastante tolerante con las cuestiones de la movida. Reconozco que alguna vez he salido a la ventana a pedirles que se callen y, bueno, a increparles de paso dos o tres insultos. Y reconozco también haber tirado alguna vez agua a las gentes de abajo e incluso algun vaso con orines… Pero todo eso lo hacía más por divertimento que por otra cosa. A estas alturas, como yo siempre digo: ¿Cómo puedo yo quejarme si yo fui el más golfo de todos ellos?.
Sin embargo actualmente trabajo un mínimo de once horas diarias de reloj, cinco días a la semana. Que creo que es bastante. Y cuando llego un miércoles por la noche reventao a mi cama y de repente empiezo a revolverme en ella porque a la una de la mañana hay en la calle un niñato inconsciente, con ganas de hacerse el gracioso y comerse el mundo. Compartiendo su puta música de coche con todo el barrio y haciendo la jodienda, entonces… Entonces me levanto, busco los tapones, me los pongo y listo…
Pero justo antes de dormirme no puedo dejar de pensar en ello y tener ese deseo que seguro que todos habéis tenido alguna vez. Ese deseo de tener un arma.
En mi caso es muy sencillo. Me imagino perfectamente como en vez de levantarme a buscar los tapones me levanto y cojo mi bazoka de última generación de los pies de la cama, como el que coge el fogo cuando escucha un mosquito. Levanto la persiana, abro la ventana, identifico al imbécil de turno y, en un destello fugaz, termino con él, con su coche y con toda su cohorte de babosos alabantes e idiotizados. Y todo ante la mirada cercana de los muchachos de lipasam* que se muestran agradecidos con sus gestos y vienen diligentes a recoger la escoria que queda. Mucho más gustosa que los cascos de cerveza, las botellas vacias, los vasos partidos y las vomitonas y meadas de la gente, todo típico de un fin de semana cualquiera. Sin comentar la atenta gratitud de otros vecinos observantes.
Y es que claro, hoy era miércoles. La selección natural ha hecho su trabajo y ha eliminado a los que no comprendieron la sencilla diferencia entre viernes, sábado y domingo y el resto de la semana. El mundo puede permitirse golfos pero no golfos estúpidos, esos mueren en accidentes reales o son eliminados en mis sueños.
Después de todo por fin me duermo, agradecido de que en el bazar de la esquina solo tengan pastillas de fogo y detergentes y no otros porductos “de limpieza”.
No me considero una persona peligrosa, estoy seguro de que deseos e imaginaciones parecidas los ha tenido todo el mundo alguna vez… ¿o no?…
Saludos a tods.
*Lipasam: empresa encargada de los servicios de limpieza de Sevilla.
Jajajajajajaja
Mu buena historia, totalmente cierta. La verdad es que te entiendo.
Estamos viviendo unos dias en que etas “pirañas” estan proliferando como las setas. Es increible como su número va en aumento.
En mis tiempos mozos (valla ya estoy hablando como si fuera un viejo) fui mucho mas “pastillero” que muchos de estos que ahora van de guays con sus coches discoteca. Pero nunca llegue a este grado de falta de respesto y pasotismo que actualmente tenemos que soportar de estos desechos humanos.
No llego tanto como tu a llegar a querer un arma… me conformo con que no se pongan el casco en la moto o que se atiborren de pastillas o coca (muy de moda ultimamente) asi la selección natural hara su trabajo.
Dicen que las generaciones se renuevan cada 15 años. La nuestra ya esta definida y ahora tenemos esta. Espero para la proxima de la que seremos precursores muchos de nosotros hallamos tomado nota y sepamos no como querriamos que fuera, sino COMO QUEREMOS QUE NO SEA.
Pero ante todo esto cabe hacernos una pregunta. ¿La gente joven ahora es asi por qué ? Debemos hecharle toda la culpa a los padres o es que interesa tener una sociedad de estupidos?
Valla parrafada acabo de soltar…jejeje
Un Saludo Dario
Los jóvenes actuales son tan respetuosos con el prójimo como José Luis con la lengua… Pero ‘valla’, sigue viniendo por aquí que te ‘hecharemo’s un cable hijo…
Que me déis cañita a mi de forma anónima me parece perfecto, pero quizá estaría bien que aquellos que hagan referencia a otros lectores no escondan su nombre.
En cualquier caso y dejando clara mi opinión para un futuro: no estoy de acuerdo con todas las ideas que expresan algunos visitantes pero prefiero poder leer sus ideas, aunque sea con erratas ortográficas, que dejar de leerlas.
Estusiasta que ya que estas …. date una vuelta por http://www.enfermeroenportugal.com y me corriges algunas más
Bueno, Darío y Jose han puesto tan mal a la juventud de ahora que me siento obligada a llevaros la contraria. No son escoria ni pirañas, son simplemente jóvenes e inconscientes, y bueno, nosotros que ya no lo somos nos echamos las manos a la cabeza… La verdad es que cuando yo salía de botellón y acampábamos en la gavidia, jardines de murillo, plaza Doña Elvira, etc, siempre habia gente perjudicada con nuestros ruidos y yo ni me planteaba no salir para no molestar a quienes se tienen que levantar temprano. Cierto es que ahora los coches son discotecas ambulantes y se tienda más a la poca verguenza.
La verdad es que no es fácil ser el abogado del diablo en este tema…
Felicidades Darío por un tema tan polémico.
Solo quiero puntualizar una cosa más. Yo, exagerado o no, me quejaba de una persona por realizar una acción concreta. José Luis se quejaba más bien de un colectivo entero. Creo que ese matiz es importante.
De todos modos creo que el tema ya va sobrao con todo lo dicho.
Ha sido muy bueno, si hijo yo también tengo esos pensamientos y tambien me levanto a ponerme mis taponcitos, yo en vez de pistola me cago en toda su familia y en él, por eso no me gusta vivir en piso porque todo se escucha, es una castaña!!!donde este mi casita que se quite lo demás.
sigue escribiendo que me gustan tus escritos, ya sé que sabes quien soy, lo mismo esto se pasa de boca en boca y te haces famoso!!!
un beso.